sábado, 6 de agosto de 2016

Omelette de queso y ajo

El asunto de los afrodisíacos (especialmente los que se ingieren) siempre me ha sido interesante. A muchas personas, creo.
Isabel Allende escribió un hermoso libro llamado "Afrodita" (después haré un post del libro, que se lo merece sobrado) donde se centra en este tema... después de releerlo por vez numero mil y de ver "la Joven de las especias"  creé mi propia receta afrodisíaca, no apta para vampiros:

Omelette de Queso y Ajo

Ingredientes

Los ingredientes son sencillos:
Pasta de Ajo, sal de finas hierbas, un par de huevos por comensal y una buena porción de queso doble crema, rallado, y por supuesto, aceite para freír. El relleno puede cambiarse por jamón u otro a elección, pero el queso es apuesta segura.
Hago la cuña con las marcas, porque me parece que son las mejores, y la sal de refisal es la única (que me conste) que viene en este sabor (el de hierbas).
Obviamente, se puede hacer la mezcla de las hierbas (orégano, perejil, laurel, tomillo...y si tiene la buena fortuna, un par de hebras de azafrán y pimienta) y la pasta de ajo casera (dejándola lo más fina posible en mortero o procesador) pero como dice Allende, si me concentro demasiado en a preparación, no podré disfrutar de sus efectos.

Ahora, el paso a paso:

Paso 1

Lo primero que se hace es poner a calentar el aceite, para asegurarnos que esté bien caliente al momento de freír los huevos. Puede usarse aceite de oliva (como es este caso) aceite de cocina corriente o mantequilla o margarina. Si se usa alguna de éstas última, lo ideal es calentarlas solo momentos antes de hacer el omelette para que no se quemen.




Paso 2


 Luego, debe ponerle la sal, que previamente debe haberse agitado, para que las hierbas se distribuyan mejor. La sal debe ir al gusto

Paso 3

Luego se pone la pasta de ajo: la cantidad aproximada por omelette es de una cucharadita de postre, pero si no temen al ajo, pueden ponerle tanta como deseen.


Paso 4

Ahora deben batirse los huevos. Deben batirse con bastante fuerza y de vez en cuando, pescar los grumo de pasta de ajo que queden y romperlos con el tenedor o batidora para que no salgan enteros en el omelette. La idea es que queden algunos, pero que sean pequeños, muy discretos, para que solo se note el sabor.




Paso 5

Ya que estén bien batidos, se ponen en la sartén (de preferencia con teflón o antiadherente) con el aceite bien caliente. Es importante que sea una sartén grande, para que el omelette quede de buen tamaño. Si es muy pequeña, el omelette quedará demasiado gruesa y se perderá el relleno.





Paso 6




La idea es distribuir el batido por toda la sartén, que la cubra totalmente, pues es así que toma la forma ideal. Para ello, tendremos que girar el batido en al sartén varias veces para que cuaje.








Paso 7


Sabremos que está a punto cuando al mover la sartén el omelette se desplaza, lo que demuestra que está tostadito por debajo y ya no se pegará








Paso 8


Ese es el momento de darle vuelta. Si no tiene la habilidad de agitar su sartén y darle un vuelta tipo chef de película (Yo si la tengo, merced a mucha práctica) pueden usar una espátula, cuidando de no romper la omelette




Paso 9





Así se ve cuando se le ha dado la vuelta; ahora debe dejarse cocinar por el otro lado a fuego bajo.











Paso 10


Pasados unos segundos, ponemos el queso rallado (o el relleno elegido finamente picado) en la omelette










Paso 11


Lo ideal del relleno es que solo ocupe la mitad de la omelette; debe tenerse en cuenta que en este caso el sabor del omelette no está en el relleno, sino en las hierbas y el ajo,. así que es mejor un relleno liviano.










Paso 12



Aquí se ve el delicioso queso fundiéndose, momento ideal para cerrarlo. 







Paso 13



Se mete la espátula por el lado contrario al del relleno y se dobla con cuidado, para que cierre.














Aquí tenemos nuestra omeltte terminada y deliciosa, lista para ser devorada por dos amantes  




Si se desea cambiarle el sabor, se puede cambiar la sal de hierbas por una pizca de sal común y una cucharadita de postre de curry, que sin duda le dará un sabor verdaderamente oriental, y si les gusta el curry, les sabrá a gloria.



¿Con qué acompañarla? depende de cuando se sirva, si es para un desayuno, puede ser con pan tostado con mantequilla y café o te. Si es un platillo de cena, unas tajadas de baguette y una copa de vino blanco seco serán el complemento ideal.

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